LLANERA

LLANERENSE DEL AñO

La Gasolinera de Casa Rosa fue una de las primeras que realizó una promoción a sus clientes para regalarles mascarillas cuando no las había durante el confinamiento

Jueves 31 de Diciembre del 2020 a las 00:40


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El responsable de la estación de repostaje de Repsol de Casa Rosa en Posada de Llanera, Juan Luis Tamargo, aseguró que en esta segunda oleada hay más miedo por parte de la ciudadanía, ya que ha bajado considerablemente la movilidad de peatones y vehículos por Posada de Llanera.

-¿Cómo fue el primer día del confinamiento domiciliario que tuvieron que seguir ofreciendo su servicio?

- Nosotros abrimos normal, pero se dio una baja en España del consumo del 70%. Hubo gasolineras que perdieron dinero todos los días por la falta de movilidad, sobre todo las que realizan su trabajo 24 horas, porque cuentan con personal a tres turnos y no cubrían los gastos, por la noche no había nadie que consumiera. Durante el confinamiento sólo estuvo abierto de la tienda Casa Rosa el estanco, como servicio esencial.

Repsol fue la que primero mando los guantes, desinfectante y las mascarillas tardaron unos cuatro o cinco días, fueron de los primeros en dárnoslas. Además se realizó a los diez días de comenzar el confinamiento una promoción para los clientes que venían a repostar 20 euros y se les entregaba una mascarilla, cuando todavía no las había. Contamos con unos protocolos de actuación estrictos. Es cierto que los clientes en un primer momento tenían mucho miedo, porque no sabíamos nada sobre el virus.

El primer día que abrimos con el estado de alarma fue un domingo por la mañana y ya se puso en contacto con nosotros el jefe de las estaciones de Repsol, para darnos las instrucciones de trabajo.

-¿Cómo era la vuelta a casa durante el confinamiento?

Para mí fue algo normal, lo que hacíamos era usar el gel, los guantes y mantener las distancias de dos metros. Esto lo lleve también a mi casa, respetar las medidas sanitarias no podíamos hacer más, porque no había mascarillas.

-¿Cómo ha cambiado el trato con los proveedores y los clientes?

-Los proveedores que tenemos son las cubas que vienen a descargar y siguen el protocolo marcado por la empresa y lo mismo las personas que vienen para hacer el mantenimiento o la reparación. Todas las semanas por parte de Repsol se reúne un comité, que nos va evaluando e informado de las modificaciones. En el estanco, se usan mascarillas, distancia de seguridad y el gel hidroalcohólico.

-¿Qué cambios se han dado de la primera ola a la segunda?

Una de las cosas que ha perdurado en este tiempo, es que los clientes vienen a comprar por las mañanas y aprovechan para ir a todos los locales que necesiten. Esto hace que por las mañana se den colas en todos los establecimientos y servicios que estamos abiertos, porque hay que entrar de uno o de dos en dos en los locales y hay que mantener la distancia de seguridad.

El paso de los coches por Posada ha descendido entre el 50 y el 40%, ya no hay atascos como antes, por la mañana en torno a las 8 suele haber algún vehículo más, pero nada que ver con los atascos que había en estas fechas el año pasado, que llegaba hasta más allá de las palmeras, el tráfico es mucho más fluido ahora.

La gente antes al estar abiertos los bares se queda en Posada a tomar algo, pero ahora compran y se van, hacen la gestión y se marchan de nuevo a su casa. Por eso Posada se ha quedado sin vida. Además tienen más miedo, porque por las tardes Posada se queda vacía.

Otro de los problemas que hubo es que en la primera ola la gente quería hacer cosas en casa, como pintar o arreglar algo, pero no podíamos venderles nada porque sólo era lo esencial y la ferretería se consideró no esencial. Un día vino un señor a por un grifo y no pudimos vendérselo tenía que llamar a un fontanero y que éste tuviera un grifo, porque el señor no podía estar dos meses sin agua.  A esto se sumó el cierre en China de dos meses, por lo que los contenedores con los productos tampoco llegaban cuando comenzamos la desescalada y abrimos, incluso las empresas de pinturas vendieron en muy poco tiempo la producción del año y no tenían más. Ahora la cosa está más tranquila y la ferretería está abierta.