LLANERA

SOCIEDAD

Fernando Álvarez Balbuena: “La toponimia lo que da es la capa humana al mapa”

Martes 29 de Diciembre del 2020 a las 08:58


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Fernando Álvarez Balbuena es el filólogo encargado de realizar el estudio sobre la toponimia del concejo de Llanera, comenzó su labor en el mes de enero de 2020 y finalizará en diciembre del mismo año. Su especialidad es la filología románica y lo estudió por vocación, porque siempre le interesaron los idiomas y sigue dedicado a ello. Desde hace un tiempo es profesor en la Universidad de Oviedo a tiempo parcial y la otra mitad del tiempo se lo dedica a la toponimia de Llanera.

-¿Cómo se investiga sobre la toponimia?

- El trabajo que realizó consiste en buscar la forma autóctona y tradicional de los topónimos mayores de Llanera, que son los de las parroquias, pueblos y barrios, es decir, los más importantes y los que más se nombran. El corte de la toponimia mayor se da en la última casa que esté algo más separada del resto.

-¿Ya llegó a todas las parroquias?

- Todavía me quedan dos parroquias y algunos flecos de otras, porque necesito cruzar más información para terminar y salir de las dudas que me quedan.

-¿Cómo realiza el trabajo de campo?

- Lo que hago es ir a cada pueblo de cada una de las parroquias y entrevistar a vecinos de allí, preferentemente nacidos y criados allí, que sean gente de edad porque conocen el territorio de manera más precisa. En algunas poblaciones ya son mayoría los vecinos que vienen de fuera y no se puede preguntar a cualquiera hay que ir a los más arraigados, que son los que conocen el territorio de manera más completa. Tan completa que incluso podría sacar prado a prado toda la toponimia con ellos.

-Imagino que ha sido muy bien recibido

-Si he sido muy bien recibido en todas partes, en algún sitio el problema está en localizar a la persona autóctona de siempre, pero si no das a la primera entre unos y otros normalmente te mandan a la persona que te tiene que informar.

-¿Cuánto tiempo dedica a cada parroquia?

- Depende del tamaño de la parroquia, porque las hay más grandes y más pequeñas. Lo que hago tanto por observación directa, por lo que comentan los vecinos entre sí, como a la pregunta que hago es intentar sacar siempre los nombres de los sitios y los localizó, sin que interfieran los nombres oficiales de los papeles, sino que sean los que dicen ellos de toda la vida.

-¿Se llevó alguna sorpresa?

- En realidad teníamos una idea bastante precisa de la toponimia de Llanera, por otros trabajos anteriores y a veces si hay sorpresas por determinados nombres que te llaman la atención. Contrasto también documentación histórica con la documentación que obtengo de la tradición oral y se refleja la continuidad que hay desde la Edad Media hasta la actualidad. Por ejemplo hay una “villa” o pueblín citado en los documentos medievales como “Pozana” y no aparecía pensábamos que la localidad había desaparecido, pero no porque existe una casa en Castiello que es “Casa Pozana”, de manera que el nombre del antiguo pueblo queda reducido a una casa y te llama la atención sobre cómo pueden ocurrir esas cosas.

-En sus visitas no solo obtiene los topónimos

-Saco millones de anécdotas, recuerdos e historias de estos vecinos, además de los topónimos. Eso es lo que nadie sabe cuándo me contratan, porque además de en mi sueldo, gano en mi experiencia personal y son millones. Vuelvo para mi casa muy enriquecido, es cierto que unos días más y otros menos, porque no siempre sacas la misma información. Saco historias, experiencias y conocimientos de todo tipo, los paisanos mayores son enciclopedias andantes y hay que abrirlas y estudiarlas. Preguntas una cosa, pero ellos siempre te cuentan mucho más y aunque no sea a lo que yo voy son siempre cosas súper interesantes y aprovechables.

-Entonces, ya había trabajado con la toponimia del concejo

- Con la de Llanera sí que había trabajado algo, pero llevo muchos años con la toponimia, desde que acabé la carrera fue el primer trabajo que me salió y me mandaron para el occidente asturiano, donde cogí tablas y comencé a publicar artículos. Aprendes muchas cosa  y a veces un dato que encuentras en un sitio te ilumina una cosa que tenías en duda en otro sitio, empieza todo a cuadrar, atas cabos y puede ser todo una maravilla.

-¿Qué es lo que más le llama la atención de la toponimia?

-Una vez que la conoces a fondo es la relación que supone entre las personas y el territorio. Esto ocurre sobre todo a nivel de toponimia menor, porque rebela un conocimiento y un manejo del territorio tan al detalle que sorprende la relación histórica que tuvo la gente con el territorio. Pero esto se va perdiendo porque las nuevas generaciones han dejado de trabajar la tierra y de ir con el ganado al monte, por eso el conocimiento  desaparece, pero estos paisanos que trabajaron la tierra toda la vida conocen cada piedra.

Uno me decía que antiguamente no hacía falta GPS, porque todo el mundo conocía los sitios por su nombre y sabían dónde era perfectamente. Saber los nombres era el GPS de la antigüedad, no le falta razón por ese conocimiento preciso que existía gracias a la toponimia de los sitios.

-Ha podido aportar su conocimiento a través de charlas y encuentros

-Si normalmente me llaman para dar charlas en las jornadas culturales de los pueblos. La toponimia tiene una cosa, que entendemos en una proporción grande lo que significa, pero otra parte nos resulta completamente opaca y eso suscita mucho interés. Eso es lo que yo suelo contar en los encuentros y cuando das media pista y comienzan a sacar datos es una cosa que presta mucho y suelen tener mucho éxito, por el interés que suscita.

-¿La pandemia le ha dificultado mucho el trabajo?

-Mis informadores principales son población de riesgo, voy con todas las precaución, pero es cierto que algunos no quieren atenderte porque tienen miedo, pero la gente sigue siendo igual de agradable que antes de la pandemia. Pero es normal que se retraigan es entendible con todo lo que hay.

Me gustaría seguir profundizando en la toponimia menor con picos, ríos, regueros y también la cartografía, porque ya cuento con los contactos humanos para sacar la información y sería bueno tener un mapa toponímico de Llanera.  La toponimia lo que da es la capa humana al mapa, porque es el intercambio o la relación del ser humano con el territorio y eso es la que da personalidad humana al mapa y sobre la que yo trabajo.

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