LLANERA

SOCIEDAD

Ramón Rodríguez Álvarez :El guardían de los libros. Director de la Biblioteca de la Universidad, próximo a la jubilación reconoce “mi trabajo me encanta, en él fui feliz y me ha dado muchas satisfacciones

Sábado 22 de Febrero del 2020 a las 13:43


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Tras medio siglo de trabajo en la biblioteca de la Universidad de Oviedo, los últimos 34 años  como director de la misma, el llanerense de Tuernes el Pequeño Ramón Rodríguez se jubila. Sus vecinos aprovechan la circunstancia para hacerle un homenaje y yo me valgo de los dos motivos para conseguir esta entrevista. Admito que fue la excusa perfecta para escucharle hablar de libros y de historiadelante de unos cafés.

Este licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia, es un referente en su concejo natal cuya historia investiga y conoce como nadie fundando al respecto la interesante revista Perxuraos,  colabora en todos los actos culturales y es muy  activo en el movimiento asociativo (sobre todo en el de su parroquia de San Cucao), motivos que le valieron ser nombrado el primer “Llanerense del año”

Tuve claro que el artículo no puede llevar otro título que “El Guardián de los libros” (con permiso de J. Luis Borges que así bautizó uno de sus poemas), porque eso es Ramón, el que guarda los valiosos volúmenes y documentos de la biblioteca de la Universidad, losdel Real Instituto de Estudios Asturianos  (RIDEA) entidad  que actualmente preside, sin olvidar los 8000 libros, (han leído bien ocho mil) de  la colección privada  que tiene repartida entre sus casas de Oviedo y Llanera. 

Gran conversador responde a las preguntas con buen talante adelantándose incluso en sus respuestas a muchas de las que tenía previstas. Este ha sido nuestro peculiar repaso a su historia laboral en la biblioteca universitaria.

¿Cómo llegó a la biblioteca? ¿Fue vocacional?

Ya de muy pequeño me gustaba mucho ver a la gente con libros, no sabía que había bibliotecarios pero si libreros, era como una fijación en mi cabeza. Por eso puedo afirmar que soy bibliotecario vocacional, no me encontré con ello. Esa vocación se afianzó porque en el bachillerato tuve de profesora de latín a Dª Carmen Guerra, entonces Directora de la Biblioteca, que me consideraba uno de sus mejores alumnos. En el año 69 mientras estudiaba el tercer curso de Filosofía y Letras me invitó a entrar de becario en la biblioteca, posteriormente estuve como funcionario bibliotecario interino 2 años y ya en el 72 cuando acabé la carrera  contratado del cuerpo facultativo durante 6 años.

En el 78,  aún no había entrado en vigor la Constitución lo hizo dos meses después, oposité en Madrid al Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios  y Arqueólogos.  Había una plaza vacante en Oviedo y no lo dudé, la pedí y seguí en la biblioteca porque era lo que me gustaba y además ya estaba dentro.

Realmente una vez obtenida la licenciatura tuve dos alternativas más,quedarme de profesor en la Universidad en el departamento de Filología, o acceder a una cátedra de instituto que era lo más normal. Llegué a pensar en irme a Francia para hacer un doctorado y luego preparar una oposición de instituto, pero,como digo,mi vocación era la biblioteca, era mi primera opción.

 O sea que desde 1969 hasta ahora han sido  50 años entre libros

Sí, así es,  los hizo el pasado mes de septiembre, una cifra redonda.

De ellos 8 estuve como Vicedirector de la biblioteca y 34 de Director, hasta hoy.

Entre los volúmenes de la biblioteca si tuviera que salvar uno sería…

Hay un millón de libros pero elijo “El Baladro del Sabio Merlín”, un incunable, la obra más valiosa, ejemplar único en el mundo.

Por su trabajo habrá tenido en sus manos otros ejemplares  fascinantes

Sí, como bibliotecario tuve la suerte de tener auténticos tesoros en mis manos como el Códice del Beato de Liébana, el Códice del Poema del Cid o El libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita que se encuentra en la biblioteca de Salamanca.

Sientes emoción, veneración…

Utilizando guantes imagino

Hay una polémica curiosa en torno a los guantes que ahora se resuelve de manera sensata a mi forma de ver. Con los guantes no te manejas a la hora de pasar página y corres el riesgo de rasgar una hoja, además solían reutilizarse dos o más veces. A la hora de manipular libros antiguos se deben lavar concienzudamente las manos y secar bien para no pasarles microrganismos, aguantaron miles de años así tocándolos.

¿Son buenas las condiciones del edificio histórico para la conservación de los libros?

Sí, la biblioteca está en el primer piso orientado al occidente y al sur. Además siendo todo madera las condiciones son envidiables.

Entre su amplísima colección privada ¿algún preferido?, ya sé que es una pregunta manida y  difícil de contestar

En casa no hay un preferido  pero sí  tengo un escritor que goza de mis amores, Valle Inclán,  me gusta su prosa, su teatro,y aunque suene a tópico tengo 4 Quijotes, lo leí entero dos veces seguidas a los 14 años, con frecuencia recurro a muchos de sus párrafos.

Un libro quemarcó mi infancia, despertó mi fantasía e hizo que leyera más fue “Las Aventuras de Tom Sawyer” de Marc Twain, un regalo de Reyes.

Volviendo a la Universidad, ¿somos conscientes del valor de la Biblioteca o hay que fomentarlo?

Nunca se pone de relieve su importancia lo suficiente pero estos últimos años hubo numerosos reportajes en la prensa al respecto, yo mismo escribí mucho sobre las joyas de la biblioteca pero hay que seguir insistiendo.  Son espacios que, estando ahí, los conoce poca gente curiosamente,  por eso hay que seguir insistiendo.

¿Se utilizan menos la bibliotecas?

Todas se utilizan menos y sobre todo las universitarias. Las revistas científicas por ejemplo pasaron en el 95% a soporte digital, ya no hay papel, puedes acceder desde tu despacho o incluso desde tu casa si eres miembro de la comunidad universitaria.

Los libros aún  se consultan mucho, las 14  bibliotecas de la universidadson espacios de estudio conjuntos donde los alumnos se reúnen para hacer trabajos, consultar bibliografía, intercambiar opiniones, estamos antes espacios de socialización muy importante.

Le tocó la digitalización ¿difícil tarea?

No es mérito mío, que también, y de mi equipo, son los años que nos tocó vivir.

En la década de los 70 partimos de una biblioteca universitaria reducida al  edificio histórico, los libros estaban repartidos por sitios inverosímiles como despachos de profesores, seminarios, etc., me tocó la labor inmensa de sacar esos libros de ahí y se crearon potentes bibliotecas, ahora tenemos 14, por ejemplo la de Humanidades cuenta con edificio propio en el Milán, la de Ciencias Jurídico – Sociales, también con edificio propio, en el campus del Cristo.

Posteriormente, a mediados de los 80 empezó la informatización, primero se pasaron las fichas a soporte informático y por último la biblioteca digital puramente. Fue mucho trabajo antes de ponerlo todo en condiciones de ser consultado.

Empezamos con un programa que regaló el Corte Inglés, entidad que pagó la instalación del centro de proceso de datos de la universidad. Trabajaba con IBM y de ahí era el primer programa que tuvimos, yo personalmente fui a formarme a Madrid a la Politécnica.

Actualmente tenemos lo que se llama el acceso abierto, creamos el Repositorio de la Universidad de Oviedo (RUO) que contiene el fondo antiguo digitalizado y además recoge artículos de investigación,  trabajos de fin de master, tesis doctorales y demás.

Los retos digitales son vertiginosos, estamos en plena expansión y hay que ir adaptándose. En ese sentido estamos bien, yo creo que dejo una biblioteca bien organizada, funcionando, apuntada a las últimas tecnologías.

¿Ha podido trabajar con autonomía durante este tiempo?

Aunque formalmente dependo del Vicerrector de Investigación, siempre he trabajado en estrecha colaboración con él pero con libertad total, sin sentirme coartado. La inmensa mayoría de mis propuestas salieron adelante.

¿Tiene la sensación de que como Director le queda algo pendiente?

Siempre queda algo pendiente en la vida,  pero hice lo que pude, supongo que muchas cosas bien y no pocas mal. La autocrítica es fundamental y hay que reconocer que te equivocas, pero hago un balance positivo.

¿Cómo ha sido estar al frente de un equipo de personas?

Es una estructura un poco piramidal y  a la base de la pirámide  no llego directamente,  pero los que me siguen, losmás cercanos, por ejemplo ahora hay dos subdirectores,tienen una  formación impresionante. En muchos aspectos, en otros no, tienen formación mejor que la mía porque son más jóvenes y les tocó vivir otro momento. Cuando yo llegué a la profesión se me exigía conocimientos profundos de Latín y Paleografía, una de las preguntas de la oposición fue “El ordenador en la biblioteca” una cosa modernísima entonces.

Vd. ya podía haberse jubilado hace años pero lopospuso,  ahora que obligatoriamente llega el momento ¿cómo se siente?

Llegó la hora y ya tengo ganas de jubilarme porque la edad manda,  pero preferí retrasar el proceso aunque a mucha gente le resulte difícil de entender porque mi trabajo me encanta, en él fui feliz y he de decir que me lo pasé muy bien.  Había pensado hacerlo el año pasado pero una serie de circunstancias me llevaron a seguir un tiempo más, y la verdad que he de reconocer que este último año ya pesó un poco (entre risas) hay veces que no tengo ganas de madrugar.  

El trabajo me ha dado una enorme satisfacción, fuimos pioneros en la informatización de bibliotecas,  participamos en proyectos españoles y europeos, fomentamos la cooperación con bibliotecas españolas y extranjeras, todo  eso te permite entrar en contacto con otras personas y te enriquece extraordinariamente. He hecho viajes de trabajo al menos por tres continentes, ves los que se está haciendo y te sirve para darte cuenta que aquí no lo hacemos tal mal.

De todas formas pese a la jubilación, seguiré activo.

Activo por ejemplo al frente del RIDEA

Seguiré como presidente del Ridea  hasta mayo del 2023, ahí desplegaré mi actividad, para mi es un enorme gusto formar parte de esta entidad.

Y ya para terminar, ese homenaje de sus vecinos el día 29 de febrero ¿Qué le parece?

Que voy a decir, me emociona, cuando me lo plantearon este grupo de amigos que lo organiza me quedé parado, te llega al corazón… que se pongan a preparar esto con todo lo que tienen que hacer. Me voy a sentir muy a gusto.

 Al finalizar nuestra charla comento con él la relevancia que habrá tenido el desempeñar su trabajo en el edificio histórico de la Universidad con todo lo que ello conlleva. Reconoce que  fue una de las mayores satisfacciones y quizá le inspirómás. Bromeo diciéndole si se ha sentido vigilado por Valdés Salas (su escultura preside el patio interior) y Ramón tras sonreír, aprovecha la ocasión para darme una magistral clase de historia sobre el linaje de los Valdés enlazado, claro, con la Torre de San Cucao (siempre presente su Llanera)

 

 

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