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LLANERENSE DEL AñO
Rosa María Rodríguez, propietaria de la Librería Parquesol, reconoció que la primera semana del confinamiento fue muy dura
La propietaria de la Librería Parquesol de Posada de Llanera, Rosa María Rodríguez, aseguró que gracias a sus clientes consiguió mascarillas para evitar los contagios al principio de la pandemia. Además recordó que durante el confinamiento solo abrieron en horario de mañana.
-¿Cómo vivió el primer día que tuvo que abrir la librería, durante el confinamiento?
- Nosotros abrimos el domingo, pero ese día no fue el peor, lo duro vino el lunes cuando nos dimos cuenta porque no había coches, ni gente, estabas solo. Esa semana lo pasé mal, porque te agobiabas de pensar que estabas solo y no sabíamos muy bien que pasaba, ni se conocía el virus mucho todavía. Fue muy complicada la primera semana.
-¿Cómo cambió el trato con los clientes, los proveedores y la compañera?
- Los clientes se portaron muy bien y yo desde el principio usé mascarilla, por respeto para no contagiar a nadie, no había mascarillas y me las fueron dando clientas que tienen clínicas dentales o de estética. Nos ayudaron mucho a los que estábamos esos días de cara al público. La gente muy respetuosa se asomaban por la puerta preguntaban si podían pasar y si había dentro más de dos personas no entraban se quedaban a la puerta. Al principio la gente se lo tomó de otra forma. Nosotros sólo abríamos por la mañana de 8 a 14, pero marchábamos de la tienda pasadas las 15 horas, para limpiar y desinfectar.
- ¿Cómo era la vuelta a casa esos días?
- No sabíamos nada del virus, casi como ahora y aquí teníamos un spray hasta que no nos dijeron que podíamos usar otra cosa con agua y lejía limpiábamos los pomos, el mostrador y las estanterías, lo que más podrían tocar los clientes. Cuando llegaba a casa normalmente entraba por el sótano me quitaba la ropa y me duchaba, después tenía contacto con mi familia.
- ¿Qué diferencias encuentra entre la primera y la segunda ola?
-Creo que ahora la gente está más nerviosa, cuando estamos más protegidos, pero los meses van pasando y ya pesan en el humor de los clientes, eso unido a la crisis económica. Al principio eso solía pasarle a la gente mayor, pero ahora nos pasa a todos, porque nos afecta.
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