LLANERA

SOCIEDAD

Juan Luis Vallina, presentó su autobiografía: “Una vida de Compromiso”

Lunes 05 de Julio del 2021 a las 08:32


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El exconcejal de Izquierda Unida de Llanera, Juan Luis Vallina, presentó este mes en Llanera su libro autobiográfico: “Un vida de compromiso”. Vallina nació en Oviedo, en concreto en la antiguamente conocida calle de La Vega. Su abuelo materno que era metalúrgico en el Fábrica de Armas, además su abuela regentaba un bar en la calle La Vega, donde vivían cómodamente y eran socialistas. El que después fue su abuelo paterno era Comandante del Ejército y ambos vivían en la misma calle, a su abuelo paterno como miembro del ejército le tocó posicionarse y lo hizo del lado de los “alzados”.

“Mi abuelo materno sufrió un asalto por parte de los falangistas cuando tomaron Oviedo,   vivían en un segundo piso y decidió salir por una ventana para ir a un patio, después fue a la vías del tren y se puso de acuerdo con mi otro abuelo, que intercedió por él salvándole el pescuezo, pero le pidió que se marchara de Oviedo. Se fue con su mujer y sus dos hijas, una de ellas mi madre, y se refugió en el Puerto Vega, hasta que pasó todos, con el tiempo regresó a Oviedo sin antecedentes. Curiosamente el hijo de, Arcángel el Comandante, se casó con la hija de Rafael, fruto de ese matrimonio nacimos mi hermana Lina y yo. Esta vivencia sirve para saber que por encima de las ideas siempre está la amistad y nos da una lección”, narró.

El autor estudió con una beca en el colegio Loyola el Bachiller, en 1964, “en casa se escuchaba la radio Pirenaica y de aquella tenía inquietudes, pero no las manifestaba abiertamente. Recuerdo la huelgona del 62 y el 64, ya que en este año fue cuando decidí marcharme a Alemania, a la aventura con carné de turista, cuando encontré trabajo volví a España a arreglar los papeles y a realizar una revisión sanitaria, que era lo que exigían. Saqué el billete para irme y hasta dos días antes no se lo dije a mi madre y mi padrastro”, afirmó.

Vallina considera que Alemania fue una gran experiencia en su vida, ya que allí se casó, nacieron sus hijos y se afilió al Partido Comunista, en un mes de octubre del 69, a siete años de que fuera considerado en España un partido legal. Esto le permitió formar parte del consejo de migrantes, donde estaban representadas todas las nacionalidades en Stuttgart, “esto me abrió muchas puertas, para relacionarme con organizaciones extranjeras no solo de otros países, sino también del propios país en el que me encontraba, como los Verdes o el Partido Comunista alemán y todo lo que se movía a la izquierda. Me valió para llevar muchas campañas y que fuera reconocido el PC, porque España era el único país europeo sin libertades democráticas y una de nuestras funciones era recaudar fondos para las familias de los presos políticos. En el 73 fue el proceso 1.001 donde detuvieron a Camacho entre otros nueve. Cuando esto pasó el día de Nochebuena ocupamos el consulado español de Stuttgart y llegamos a comprometernos 30 personas, y en el exterior se concentraron 200 personas”, explicó.

Otra de las tareas que desarrolló, gracias a que sabía alemán, fue establecer relaciones con otros núcleos de españoles dentro de la comunidad y el partido le propuso crear asociaciones del mismo allí donde hubiera compatriotas. “Fuimos consiguiendo logros muy pequeños, a través de las quejas que realizábamos. En total se crearon ocho organizaciones del partido, con más de 200 afiliados”, destacó.

En febrero del 77 se legalizó al Partido Comunista en España y en Semana Santa regresó a su país. “En octubre me establecí en Lugones, donde abrí mi taller. En aquel entonces comencé a formar parte de diferentes colectivos como la Asociación de Madres y Padres del IES Pando, donde estudiaban mis hijos. Además formé parte de diferentes movimientos sociales, que siempre me gustaron por lo que aprendí en Alemania, junto con la cooperación internacional que se suscitó en mí a raíz del golpe de estado en Chile el 11 de septiembre de 1973, porque como consecuencia de ello muchos se exiliaron a Alemania y nosotros fuimos un punto de enlace, acompañamiento y apoyo”, explicó.

Se apuntó al Comité de Solidaridad con América Latina, donde ayudaban a procesos revolucionarios que estaban en marcha. “Era consciente de que en Asturias Izquierda Unida había creado una red de solidaridad con 100 asociados y detecté que no habíamos tocado la causa Saharaui y desde el partido se hizo una convocatoria pública, que hicimos como PC, porque todavía no estaba formada IU. Se creó la Asociación de ayuda al pueblo Saharaui, que estaba formada por 20 personas”, explicó.

Llegada a Llanera

En el año 2001 Vallina aterrizó en Llanera, después de quedarse viudo, “siempre estuve vinculado a los movimientos vecinales y me encontré con que en Llanera no había asociación de vecinos y a través de algunas personas del partido y de Comisiones Obreras organizamos una reunión a la que acudió mucha gente interesada. Además del presidente de la Federación Asturiana de las asociaciones vecinales y al final salió una directiva de esta reunión y se fueron haciendo socios. Se creó la Asociación de Vecinos de Rondiella”, afirmó.

La primera de las demandas fue la colocación de un semáforo en la Avenida Prudencio González a la altura del número 1, “Carracedo y yo pusimos en su día un semáforo de madera, porque estábamos hartos de presentar escritos ante el Ayuntamiento sin conseguir respuesta. Solicitamos esto porque era un cruce peligrosos con muchos vehículos a diario y suponía un peligro para los peatones”, apuntó,

También pidieron un local para la asociación, les cedieron un local en la Casa de Cultura varios días a la semana con un armario y al final se lo denegaron. Además solicitaron mejoras en el transporte público, “Alsa quería  reducir sus horarios, pasando de la media hora que había a la hora, y nos opusimos en redondo. Incluso el director de aquella del Consorcio nos dio la razón y no les había consultado la empresa que iban a tomar esta medida. Se organizó una reunión con el resto de ayuntamientos afectados”, explicó.

Otra de las reivindicaciones fue el aumento de la plantilla municipal, la participación ciudadana, para que se permitiera a la asociación participar en los plenos previa solicitud, “fue poco tiempo lo que estuve en la AAVV, porque IU de Llanera nos pidió a Esmeralda y a mí que uno de los dos encabezara la candidatura a las elecciones municipales y finalmente me eligieron a mí. Nos compaginábamos muy bien, uno hacía de policía malo y otro del bueno”, apuntó.

Vallina considera que ambos hicieron un buen papel y crearon un buen dúo, “siempre me decía Esmeralda que no sabía de donde sacaba tantas mociones, presentamos 150 mociones en menos de 60 plenos, porque se celebraban cada dos meses y fueron en dos mandatos. Son mociones que presentamos, no todas fueron debatidas y aprobadas, porque luego venía la limpieza por parte del Partido Popular, que no las admitía y teníamos que presentarlas como ruego nos decían”, recordó.

Las cuestiones sobre las que versaron las mociones fueron: el reciclaje, la incineradora de Serín, planes de empleo, suelo para viviendas sociales, antenas de telefonía fuera del casco urbano, la eliminación de barreras arquitectónicas, la grabación y retrasmisión de los plenos, una revista municipal, ampliación de la plantilla de la Policía Local, una emisora para la Policía Local que recogiera las llamadas, huertos sociales para las personas mayores, la participación ciudadana, abrir los polideportivos los domingos, remunicipalizar los servicios, presupuestos participativos,  el soterramiento de las líneas de alta tensión, el convenido con el Centro Penitenciario de Asturias para trabajos sociales con los presos de tercer grado, entre otras muchas.

El exconcejal de IU aseguró que lo más grave que ocurrió durante los ocho años que él estuvo en el Ayuntamiento fue el supuesto desvió del dinero para el coche del alcalde, José Avelino Sánchez, del PP. “Esto no fue una moción, sino una denuncia que nos llevó a los tribunales. También fuimos por las contrataciones irregulares”, afirmó.

Vallina aseguró que en su libro aparecen muchos protagonistas con los que vivió esa etapa en el Ayuntamiento, como los miembros de la Asociación de Vecinos de Cayés, entre otras muchas personas. “Este libro está muy documentado, ya que yo siempre guardo todo, tengo los recortes de prensa y todo lo que se publicaba. Mi etapa como concejal considera que fue un tiempo bien empleado, aunque viví muchas frustraciones, pero sabíamos a lo que íbamos”, concluyó.

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