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SOCIEDAD
“José Ramón González-Granda, el médico de Arlós, era una persona excepcional, que hizo una gran labor para la sociedad a nivel sanitario”
Abel González y Azucena Pérez fueron las dos personas que impulsaron en el año 2009 la idea de que se le concediera el nombre de una calle, plaza, vía, edificio de servicio público u otro equipamiento de ámbito municipal, al Doctor José Ramón González-Granda, el médico de Arlós.
Algo que se ha cumplido, primero con la aprobación en el pleno en el año 2014 y en la actualidad con la construcción del edifico La Habana en Posada de Llanera, ya que la calle que le da acceso llevará el nombre del médico. “Para nosotros es una gran satisfacción, porque te satisface que le hayan puesto el nombre de una persona tan notable y que hizo una labor muy grande para la sociedad a nivel sanitario. Hay personas que verdaderamente se lo merecen, porque además desarrolló su labor en unos tiempos donde la medicina no es lo que tenemos ahora”, apuntaron.
González recordó que en aquella época Llanera contaba con tres médicos, que se encargaban de todo el concejo: el Doctor Crabiffosse, Doctor Morís y José Ramón, que se ocupaba de la zona de San Cucao hasta Corvera, donde también atendía a los pacientes de Molleda y Los Campos, entre otras localidades próximas. “Era una persona de una calidad extraordinaria. Atendía siempre en su casa y creo que todavía permanece intacta la consulta, con el instrumental y los armarios. A él le tocó atender una zona que en aquellos años estaba muy deprimida, los vecinos se dedicaban al campo y el sueldo solo daba para comer, a él no le importaba que la gente tuviera o no seguridad social atendía a todo el mundo. Siempre procuraba en la medida de los posible que los pacientes no tuvieran que desplazarse a la farmacia, porque siempre tenía medicamentos que le traían los laboratorios en su casa y era lo que repartía entre ellos. Los vecinos tenían pocos recursos, además había que ir hasta la farmacia andando desde los pueblos hasta Posada, porque no había carreteras y eso era complicado para las personas enfermas”, aseguró Pérez.
Además, recuerdan que él no tenía horario, atendía a cualquier hora, “nuestra generación comprende esta situación porque la ha vivido, pero para las generaciones que vinieron después es algo impensable. El médico tenía que desplazarse de aquella en caballo lloviendo o nevando daba igual. En 1935 compró un coche, pero en el 36 cuando la guerra se lo requisaron y volvió al caballo. Además, había casas a las que era imposible llegar en coche y tenía que usar los medios que les permitiera llegar a ellas”, apuntaron.
La mujer de José Ramón, Teresa Rodríguez González, falleció el 4 de mayo de 2016 a los 89 años y no ha podido saber donde se le colocaría la calle a su marido, que era uno de sus deseos, pero si que fue conocedora de que se aprobó en el pleno del Ayuntamiento de Llanera.
José Ramón González-Granda
En el libro coescrito por Abel González, “Historias vividas, Historias Contadas” (Volumen II) se cuenta la biografía del médico de Arlós, José Ramón González-Granda, que emplearon para solicitar la concesión de la calle.
González- Granda nació en Arlós en 1905 y era el primogénito de tres hermanos, pero en 1909 falleció su madre María y su padre Víctor pidió a su hermana que se hiciera cargo de los niños y al poco tiempo falleció también la hermana menor, Angustias. Se trasladaron a vivir a casa de su abuelo una finca que este compró a una tía carnal de Leopoldo Alas Clarín en 1890.
Los dos hermanos fueron a la escuela de Arlós y en 1915 fueron internados en el colegio Santo Domingo, pero la tía que les acogió padecía asma y eso les hizo trasladarse a vivir a León, donde comienzan a estudiar en el colegio de Los Padres Agustinos, donde los dos hermanos terminan bachilleres y José Ramón se matriculó en la Universidad de Valladolid y posteriormente se trasladó a estudiar a la Universidad Complutense de Madrid, donde comparte aula con el Padre Arrupe y Severo Ochoa. Su carrera profesional la inicio en el Hospital General de Madrid, pero a los pocos meses regresó a su Arlós natal, donde siempre tuvo la intención de ejercer allí como médico y lo consiguió.
