LLANERA

CARTA AL DIRECTOR

La brecha salarial hombre- mujer en España.

Domingo 22 de Noviembre del 2020 a las 16:49


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El  término brecha salarial tiene dos acepciones. La primera se refiere a la diferencia de salario entre el hombre y la mujer en un año y la segunda, la diferencia de salario entre hombre y mujer por el desempeño del mismo trabajo o tarea.

Esta segunda acepción, aunque muy difundida por ciertos movimientos feministas, debe desecharse sin más, simplemente por ilegal e irracional. Ilegal,  porque tanto el Estatuto del Empleado Púbico como el Estatuto de los Trabajadores, dejan muy claro que una diferencia salarial por razón de sexo atenta contra la Constitución.

Podría argumentarse que, a pesar de ser ilegal, de hecho ocurre. Sabemos, por ejemplo, que hay trabajadores que no están dados de alta en la Seguridad Social, lo cual es ilegal. Pero en España lo ilegal todavía se persigue y aunque no se erradique completamente el delito, lo deja reducido a la marginalidad.

Irracional, porque para explicar su existencia, habría que dar cuenta del  motivo  por el cual un empresario pagaría más dinero a un hombre que a una mujer por el desempeño de un misma tarea. La lógica interna del capitalismo nos dice que el empresario pagará el trabajo al menor precio posible. En consecuencia, al empresario le da exactamente igual que el trabajo lo realice un hombre que una mujer. Está lógica funciona como una ley universal, válida en cualquier tiempo y lugar.

Abordamos ahora la primera acepción o la verdadera brecha salarial. El único organismo oficial español que se ha ocupado de este asunto es el INE (Instituto Nacional de Estadística) y la última vez que lo ha hecho ha sido en el año 2017.

En esencia, el INE parte de los ingresos brutos anuales derivados del trabajo por cuenta ajena, y los resultados son que la media de ingresos de los hombres fue de 26.391 euros y de las mujeres, de 20.607 euros, de manera que la brecha salarial asciende al 21,96 por 100.

En la Unión Europea existe la Oficina Europea de Estadística, conocida como EUROSTAT, que también se ha ocupado de este aspecto y que sitúa la brecha salarial en España en el 35 por 100. Ignoro cómo puede darse una diferencia tan grande respecto al INE.

Por último, hay toda una serie de encuestas de  asociaciones de empresarios, sindicatos, partidos políticos y  movimientos sociales, que tienen en común el hecho de no servir para nada. Son tan groseros  los errores en la elección de la muestra y las preguntas que, aunque los encuestados contestasen con sinceridad, el resultado final no tendría valor alguno.

En cualquier caso, la diferencia de salario entre hombres y mujeres en España es muy elevada, estamos hablando que, de media, los hombres ganan 482 euros mensuales más que las mujeres.

Explicar esta diferencia es difícil y todavía lo es más por el hecho de que hay profesiones numerosas y bien pagadas en las cuales la mujer es mayoría. La administración de Justicia, tanto en sus niveles bajo como altos está feminizada y hay más mujeres que hombres ocupando las plazas de jueces y fiscales. Igual ocurre con la medicina en todos los niveles: hay más médicas que médicos. Y, por último,  en la enseñanza también a todos los niveles, de manera que hay más profesoras universitarias que profesores. Y esto es así porque hace ya más 40 años que en las universidades obtienen el título de licenciatura más mujeres que hombres y porque las mujeres han hecho un enorme esfuerzo y sacrificio por obtener esos puestos de trabajo, en libre competencia con los hombres, dado que a todos ellos se accede mediante oposiciones.

En su nivel superior, estas profesiones tienen una media de ingresos brutos anuales que superan los 50.00 euros; es decir, el doble de la media masculina.

 Tienen que existir causas muy visibles, evidentes y cuantificables que expliquen semejante disparidad de sueldos.

En primer lugar, y dado que hablamos de ingreso bruto anual, hay que preguntarnos si hay o no diferencia en el tiempo dedicado al trabajo entre hombres y mujeres. Efectivamente, encontramos que el hombre trabaja mucho más tiempo. Por ejemplo, los contratos a tiempo parcial: de todos los hombres que están trabajando sólo el 7 por 100 lo hacen a tiempo parcial (el 93 por 100 restante están a tiempo completo). En cambio, de todas las mujeres que están trabajando, el 24 por 100 lo hacen a tiempo parcial (el 66 por 100 restante lo hacen a tiempo completo).

Igual ocurre con las horas extraordinarias, mucho  mejor pagadas en todos los casos que las horas ordinarias. Cada semana en España se hacen seis millones de horas extraordinarias, de las cuales  los hombres hacen cuatro millones y la mujeres, dos.

El tercer y último factor, ligado al tiempo de trabajo, es el relacionado con las bajas médicas, técnicamente Incapacidad Laboral Temporal. Pues bien, debido principalmente a la maternidad, que es considerada como una incapacidad laboral temporal por enfermedad común, y según datos oficiales, la mujer trabajadora supera al hombre en  días perdidos  por incapacidad laboral en un 33 por 100. Nótese que el trabajador en situación de baja siempre percibe menos ingresos que el que se encuentra en activo.

En segundo lugar, debemos preguntarnos si los trabajos que desempeñan las mujeres son de distinta naturaleza a la de los hombres y en qué medida. Pues, efectivamente, sin determinar la medida, es conocido que prácticamente la totalidad de los trabajo penosos, peligrosos, insalubres y para los que se requiere gran fuerza física y resistencia son realizados por hombres. Baste observar cómo infinidad de profesiones están copadas por hombres. En el transporte: conductores de grandes camiones, pilotos de aviacióno maquinistas detrenes . En la construcción: encofradores, albañiles, trabajos  en vertical o colocadores de tejas. En la minería, prácticamente todos los puestos de trabajo son desarrollados por hombres e igual ocurre en otros sectores como el forestal, la pesca o la metalurgia.

De igual forma, y sin determinar su cuantía, es obvio que las mujeres  son mayoría o desempeñan todos los trabajos relacionados con la atención doméstica, la limpieza, la estética, el cuidado de personas mayores y la venta final del producto al consumidor: cajeras, reponedoras y dependientas en general. En muchos sectores  productivos en los cuales  hay tanto hombres como mujeres, éstas tienden más al desempeño de trabajos para los cuales no es necesario tener gran fuerza física; en general tareas de oficina: administrativas, recepcionistas, teleoperadoras, comerciales etc.

Esta distinta naturaleza de trabajos, además de resultar evidente, explica por ejemplootras disparidades, como los accidentes de trabajo. De cada 100 fallecidos en accidente de trabajo, 93 son hombres y 7 son mujeres.

En resumen, es el tiempo dedicado al trabajo y la distinta naturaleza del mismo lo que explica esa monumental diferencia entre los ingresos brutos anuales entre los hombres y las mujeres. Ocurre exactamente lo mismo, y en parecida medida, en toda  Europa, según Eurostat.

 Fdo: Hipólito Peláez Alvarez.

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