LLANERA

SOCIEDAD

Alba Sánchez: “Lo que sienta muy bien es cuando alguien que no conoces te llama por los pronombres que quieres, eso siempre te hace sonreír”

Domingo 02 de Agosto del 2020 a las 18:33


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La llanerense, Alba Sánchez, es una activista y gran luchadora porque se reconozcan sus derechos y los de todas las personas transexuales. Con tan sólo 22 años ha tenido que madurar demasiado rápido para hacer frente a la sociedad. Nació en Gijón, donde realizó sus estudios de educación infantil y primaria, pero en la actualidad reside en Llanera y los estudios de la Enseñanza secundaria obligatoria los cursó en el IES Llanera, cuando acabó decidió ir a la Universidad a hacer Telecomunicaciones, pero no resultó muy bien y acabó dejando la carrera. En este momento, está intentando entrar en un ciclo formativo de Informática. “También realizó trabajos de artes, a través de pedidos que me hacen por Internet,  gracias a los cuales he sacado dinero para pagarme la medicación hormonal y la terapia, pero va un poco lento”, explicó.

Sánchez aseguró que comenzó a sentir que era transexual, aunque desconocía el término como tal, antes de llegar a las 14 años, “fue con 12 o 13 años, desconocía lo que me pasaba y que tenía un término específico. No sabía si lo que me pasaba era normal o no, llegué a pensar que era un fetiche. Con 14 años intenté salir del armario y contárselo a mi madre, pero en el último momento me eché para atrás y no pude hacerlo. Algo de lo que me arrepiento, porque a partir de ahí viví los seis peores años de mi vida, porque sabía lo que me pasaba pero sólo veía las cosas malas que ponía la gente, de odio hacía los transexuales y todo eso me comía por dentro, porque decían que lo yo sentía estaba mal”, recordó.

Al final de esa dura etapa de su vida decidió apostar por tirar para adelante, “un día tuve un sueño en el que salía del armario contándoselo a mis amigos y mi familia y me salía bien y ese día lo hice, lloré mucho. Lo primero que hice fue contárselo a mi mejor amiga, después a mi terapeuta y por último a mi familia, que era lo que más miedo me daba. Aunque a mí terapeuta, que es amiga de la familia, le dije que si podía ella decírselo a mi madre, porque era mucho para mí soltarlo de golpe”, afirmó.

 Al final se lo contó a todas las personas que le importan y aseguró que al principio fue un poco complicado el asimilarlo para sus familiares, “fue un poco difícil para mi familia el acostumbrarse a llamarme por el nombre correcto. El que mejor lo llevó fue mi hermano, no tuve ningún problema con él y tiene siete años menos que yo. Fue hace dos años cuando lo conté y mi mejor amiga es transexual también, considero que es importante que cada vez se nos dé más visibilidad en la sociedad. A la que más le costó también asimilarlo fue a mi abuela, pero no porque se enfadara ni nada parecido, sino porque se preocupaba de como la sociedad me iba a tratar y lo difíciles que iban a ser las cosas para mí”, relató.

 El visibilizarlo a Alba la ha ayudado mucho, el poder contárselo a sus familiares y que su entorno lo vaya aceptando, “en pocos años la situación ha ido cambiando, porque cuando yo estaba en el armario lo único que veías eran “locas raras” por ahí, así se nos tenía categorizadas.  Es importante que la imagen vaya cambiando y espero que este reportaje ayude a alguien, aunque sea a salir del armario o ver que no es malo lo que le pasa y lo que siente. Tengo amigas que no pueden salir del armario por diferentes motivos y el no poder contarlo te reconcome por dentro”, apuntó.

Alba se fue informando antes de contarlo y para la reasignación de género conocía que tenía que esperar dos años, “encima de esperar tienes que rellenar cuestionarios, que están anticuados, una de las preguntas es si jugabas con muñecas de niñas cuando hay muchas personas a las que se lo prohíbe su familia. Hablé con una amiga transexual por Facebook y me recomendó una asociación de Cataluña, “Transit”, que me dio la diagnosis en dos semanas. En este proceso tuve que cambiarme de médico, porque no me quería dar las hormonas y la segunda sí que me las dio. En agosto se cumplirán tres años desde que me tomo las hormonas. Nunca he estado más feliz en mi vida, con más confianza, más contenta con mi cuerpo, ¿quién  me contaría a mí que llegaría a estar así de feliz y con novia? Sólo me falta encontrar un buen trabajo”, apuntó.

Alba confesó que al principio el tratamiento con las hormonas fue complicado y difícil, “si estas en plena pubertad esto te lo potencia mucho más, ya que al no entender nada de cómo cambia tu cuerpo el sí saber lo es mucho peor. Mi primera pubertad ya fue complicada de por sí, porque me enfadaba mucho pero luego te vas acostumbrando. Mucha gente me dice que es diferente para unas personas que para otras. Lo más duro es verte a ti misma y que todavía no estás donde te esperabas. El miedo de que las personas te vean por la calle y se den cuenta, ya me pasó una vez en un bar y tuve que llamar a una amiga para que me viniera a acompañar, porque pasé miedo de salir del bar”, explicó.

“Lo que sienta muy bien es cuando alguien que no conoces te llama por los pronombres que quieres, eso siempre te hace sonreír, porque cuando lo hace tu familia piensas que es porque te quieren, pero si lo dice un extraño es porque mi imagen se corresponde con lo que soy”,  comentó.

Alba en este momento está ayudando a muchas personas que le piden consejo sobre la reasignación o sobre cómo salir del armario, ella considera que es fundamental ayudar para que nadie pase por los seis años que ella vivió.

 

 

 

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