LLANERA

LLANERENSE DEL AñO

Mención al Campo de Llanera “ Premio Empresarial Llanerense Gorfolí Santufirme 2020”

Martes 09 de Junio del 2020 a las 14:07


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Longina García y Santiago Pérez (2018)

El matrimonio de Pruvia formado por Santiago Pérez Pérez y Longina García Martínez recibieron el Premio del Campo Llanerense Gorfolí Santufirme, por ser los primeros que se dedicaron y apostaron firmemente por la agricultura ecológica. La pareja realizó una fuerte difusión y promoción de la agricultura ecológica, ya que llevan en ella antes de que se denominara así de manera oficial, pero hoy en día está totalmente regulado y reconocida por organismos como la OCU, ONU o la FAO.

Desde el Copae aseguraron que no existen centros de formación en Asturias sobre agricultura ecológica y comentaron que la segunda escuela no oficial que hay en Asturias es la finca de Santiago y Longina, porque la cantidad de chavales que han pasado por ahí y se han ido formando es multitudinaria. El matrimonio llegó hace 60 años a Pruvia y Santiago venía cargado con los cachos de un hórreo, las panoyas, cuatro herramientas y con muchas ganas de trabajar. La finca de Pruvia tenía una casa pequeña de piedra, sin baño, pero si mucho trabajo que hacer. Cuando nació su hijo Valentín fue cuando se pusieron a construir la casa nueva con sus propias manos y también comenzaron a vender en el Fontal las verduras que sacaban de la tierra.

Santiago Pérez afirmó que luchó por la agricultura ecológica porque nació en el campo y cree en ello, piensa que es la agricultura del futuro y es un trabajo rentable y agradable.  “Valoro la salud y creo que el hecho de estar aquí con 84 años significa que algo hay que me sostiene aquí y creo en ella, porque tenemos que intentar hacer todos por una vida más sana y no ser nosotros mismos los que envenenamos lo que vamos a comer. Estamos en el buen camino y ofrezco mi experiencia para todos los jóvenes que lo quieran intentar”, concluyó.

 

Ganadería Pepón(2019)

La Ganadería Pepón de Bonielles recibe el Premio Empresarial Gorfolí Santufirme del campo llanerense, por contar con la quinta generación de ganaderos unida a su amor por las tradiciones y la cultura del medio rural. Iván Prado González es el ganadero de esta última generación, que cogió el relevó a su padre, José Manuel Prado Iglesias, con tan solo 26 años. La saga familiar en la Casa Pepón se remonta al tatarabuelo de Iván, Pepín de Pepón. “En un principio la ganadería contaba con vacas de trabajo, que las llamábamos cruzadas, pero en la actualidad cuentan con 125 vacas de leche.  El campo está en crisis y ahora mismo se cotiza mejor la carne, pero nosotros siempre tuvimos ganadería de leche”, destacó Prado.

Toda la familia siempre vivió del ganado, no trabajó nunca en ningún otro lugar que no fuera la casería familiar. Una de las anécdotas que cuenta su padre es que cuando falleció su mujer por accidente laboral, le ofrecieron ir a trabajar fuera de la casería y un día Iván llegó llorando con 7 años y no le quería decir porque era hasta que al final le dijo que no quería que dejara la ganadería.

La leche en este momento se está pagando a 31 céntimos, “en la vida de mi abuelo ya iba a mejorar y cambiar el sector, pero seguimos igual que si para el 2015, para el 2020, pero mucho tiene que cambiar la situación en poco tiempo”, aseguró José Manuel Prado.

En cuanto a las subvenciones que llegan de Europa consideran que lo que se debería pagar es la producción dejando de lado las primas, “se debe de pagar un precio considerable, porque la subvención bienvenida sea y buena falta hace, pero la cobra gente que no debería de cobrarla. Las ayudas que están peor son las que se destina  a la modernización, en nuestro caso para las explotaciones de leche, porque exigen muchas cosas siendo muy restrictiva la normativa. Te piden que lo tengas hecho antes de darte el dinero, pero sin dinero no podemos hacer nada Los ganaderos que tiene otros empleos sí que pueden optar a esas ayudas porque pueden invertir antes. A los que vivimos de ello nos exigen demasiado y no podemos llegar a ello”, apuntaron.

Los dos ganaderos aseguraron que es muy complicado en estos días vivir sólo de la ganadería, bien sea de leche o de carne. Su día a día comienza a las 6 de la mañana cuando van a limpiar las vacas y a ordeñar y por la noche lo repiten. “Tenemos unas vacas estabuladas en la parroquia de Santa Cruz y otras están en Bonielles en los prados de casa, porque todavía no parieron”, afirmaron.

Los dos ganaderos se mostraron contentos y orgullosos de recibir el reconocimiento, aunque confesaron que no están acostumbrados a esta situación. “El problema del campo es que no hay nadie que venga detrás, si la cosa no cambia pocos más habrá como Iván que cojan el relevo.  Asturias en vez de ser paraíso natural lo más seguro es que será la Asturias de escallos y animales salvajes”, apuntó José Manuel. Los ganaderos afirmaron que esta es una profesión muy dura, sin días de descanso ni vacaciones, “nosotros no tenemos dinero para contratar a nadie, así que tenemos que hacerlo nosotros. Esto tiene que gustarte mucho y no conocer otra cosa, porque si trabajan es otro lado no vuelves al campo. Hubo un tiempo donde la gente de fuera sí que quería venirse al campo, pero ahora ha vuelto a cambiar la situación. Es imposible que alguien empiece de cero”, afirmó.

El pasado año aportaron 56 vacas para participar en el desfile de San Isidro, que se organizó por parte del Ayuntamiento de Llanera donde desfilaron 300 animales, que recorrieron Posada hasta llegar a San Cucao. El abuelo de Iván, Robustiano Prado “Tano”, fue uno de los impulsores del concurso de ganado, pero desde hace más de 30 años no asisten al certamen.