LLANERA

SOCIEDAD

Disparidad de opiniones entre los comerciantes y hosteleros a la hora de valorar la peatonalización de la calle Naranjo de Bulnes y la modificación de la plaza San Isidro

Domingo 02 de Septiembre del 2018 a las 01:59


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Hace unos meses que se abrió la calle Naranjo de Bulnes tras la peatonalización y la modificación de la Plaza San Isidro, y los comerciantes y hosteleros, con los que pudo hablar El Tapín, mostraron opiniones diferentes a la hora de valorar las obras realizadas. En lo que todos están de acuerdo es en que faltan más puntos de luz y que se debe restringir el paso de los coches por dicha calle, que sólo puedan acceder a ella los residentes.

“Se han eliminado demasiadas plazas de aparcamiento en la zona, además al cerrarse la plaza de San Isidro, los clientes que no encuentran sitio para aparcar se van a otras localidades a comprar, porque estamos rodeados de centros comerciales. Antes venían clientes de Pruvia, Posada y Villabona y ahora no lo hacen porque no encuentran donde dejar el coche”, destacó una comerciante. También se quejan de que los niños se suben a los contenedores de reciclaje que se han colocado.

El propietario de la Sidrería Urriellu, Gilson, aseguró que ha sido una buena iniciativa la peatonalización y que ha dado más vidilla a la calle, en este momento está esperando a que el Ayuntamiento de Llanera le conceda la licencia para colocar allí la terraza. “Durante las fiestas de Lugo sí que puse la terraza y aumentaron las ventas y la clientela con respecto al año pasado, pero no sé si será por la obra o por la unión del pueblo para organizar dicha celebración”, explicó.

Las pegas que pone Gilson a las obras son la falta de iluminación de la calle, que le ha llevado a tener que poner más potencia en los led del cartel de su local. “Es necesario que el Ayuntamiento o la Policía Local limite el acceso de los coches a la calle peatonal, se deberían de colocar unos bolardos que suban y bajen con una llave que sólo tengan los residentes, los comerciantes y los hosteleros. Además de poner señales con un horario de carga y descarga. Porque ahora es un peligro, pasan los coches como si fuera una carretera normal y muchos niños juegan en esta calle, cuando sus padres están tomando algo en la terraza”, comentó.

El hostelero, Ramón Blanco, considera que la calle ganó mucho con la obra y afirmó que esta fue una gran decisión que tomó el alcalde, Gerardo Sanz. La propietaria de la Panadería Lugo de Llanera, Sonia, aseguró que con esta peatonalización la calle ha ganado y todo se ve más limpio y despejado, al quitar los coches aparcados, “ha disminuido el ruido, incluso los proveedores que vienen aquí están más contentos, porque pueden cargar y descargar sin ningún problema”, explicó. En cuanto al número de clientes considera que es el mismo de siempre, y que la gente va en coche o andando a comprar el pan.

 

 

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