Nuestra Constitución, en su Título I, denominado De los Derechos y Deberes Fundamentales, recoge el DERECHO A UNA VIVIENDA DIGNA en su artículo 47 (Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho…).
Se trata de un derecho recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su artículo 25, apartado 1 y en el artículo 11 de Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Esta mañana, me he despertado con la noticia de que el A.M.P.A del Colegio Público de Posada pide la opinión a los padres y madres sobre la rehabilitación de las antiguas Casas de los Maestros para convertirlas en viviendas sociales, para lo que han preparado una consulta con tres opciones de respuesta dirigidas.
Es curioso que hasta la opción en la que se muestra su conformidad con el proyecto tiene trampa, implica “exigir al Ayuntamiento mejorar el actual cierre que las separa del centro escolar, así como controlar la adjudicación y posterior uso de las mismas”, la segunda parte del “pero” no es necesario que se nos exija, ese es nuestro trabajo, velar por el bienestar de las personas de nuestro municipio y que la adjudicación, sea de una vivienda, sea de un contrato, se realice con todas las garantías y en el cumplimiento estricto de la normativa vigente. Pero la primera parte me genera muchas dudas: “mejorar el actual cierre que las separa del centro”, ¿perdón? ¿de qué estamos hablando? ¿de poner un muro con concertinas, o de qué? (nótese la ironía).
En esas casas van a vivir personas, no orcos; no sé qué es lo que se están imaginando, pero creo que muy alejado de la realidad. Esas viviendas van dirigidas a PERSONAS con una situación económica precaria, de las que, según el reglamento de acceso, tendrán prioridad jóvenes que quieren emanciparse, mayores, con discapacidad, movilidad reducida o dependencia, mujeres víctimas de violencia de género…
Lo he dicho en muchas ocasiones, he repetido los colectivos prioritarios como si de un mantra se tratase y también he repetido que cualquier persona puede ser potencial solicitante de estas viviendas, porque los salarios cada vez son más miserables y el trabajo cada vez más inestable.
No entiendo en qué se supone que esas viviendas van a afectar directamente al normal funcionamiento del centro escolar.
Volviendo a las posibles respuestas, la segunda, “recogida de firmas para tirar los dos edificios y hacer un aparcamiento”, sinceramente, no creo que precisamente en esa zona de Posada sea dónde más necesario sea el aparcamiento, pero sí creo que las viviendas sociales son muy necesarias en todo el municipio para apoyar a nuestros vecinos y vecinas que tienen una situación más complicada.
Después de todo, casi parece que la opción de respuesta menos ofensiva es la tercera: “me es indiferente”.
La verdad es que hoy he perdido un poquito más la confianza en el ser humano, al ver cómo alguien promueve una consulta en estos términos, donde se iguala la posibilidad de aparcar el coche a la puerta frente al derecho a tener un techo.