LLANERA

SOCIEDAD

Manuel Suárez reconoce que pasó muchas noches sin dormir tras perder el coto en 2008

Jueves 13 de Octubre del 2016 a las 07:56


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El que fue presidente durante 14 años de la Sociedad de Cazadores La Perdiz considera que ha dejado el cargo tras cumplir con su deber y dejar la sociedad saneada económicamente, con el coto de vuelta, cobrada la indemnización de la consejería y creciendo en número de socios.

Manuel es natural de Veyo, nació hace 73 años y trabajó en las empresas Cobra y Tensa  a lo largo de su carrera profesional, dejó su parroquia natal cuando se casó hace 47 años y se trasladó a vivir a Lugones, donde se criaron sus dos hijas. Es un amante de la caza y lleva más 50 años disfrutando de este deporte. “Nadie de mi familia directa ha cazado y yo comencé a ir con amigos mayores a acompañarles, me inicié en la caza menor con la que continuó, ya que sólo he estado dos años en la caza mayor con la cuadrilla de Ovidio”, comentó.

Suárez siempre ha sido socio de La Perdiz, pero cuando perdieron el coto se apuntó a la Sociedad de Villayón. “Antes no había cotos era todo libre y yo iba a cazar a León, Zamora y Valladolid incluso antes de casarme ya lo hacía con un grupo de amigos en el que estaban Tino Pinón y Sirio, después comencé a ir con gente de León”, reconoció. Suárez comentó que iba mucho a León porque dos de sus compañeros de trabajo eran de allí e iba a cazar allí con sus hermanos.

“La Perdiz antes de perder el coto llegó a tener 500 cazadores, cuando compramos la Abadía de Cenero, pero ese año fue cuando nos quitaron el coto y no llegaron todos a cazar, por lo que muchos decidieron irse. Ahora somos más de 300 cazadores”, explicó.  Manuel comenzó a ser presidente de la Sociedad en el año 2002 y gracias a su mandato se consiguieron muchas mejoras. Una de ellas fue aumentar el coto de 9.000 a 17.450 hectáreas, incorporaron primero parte del Naranco, la Abadía de Cenero en Serín y hace un par de años se amplió aun más la zona del Naranco. “Se duplicaron las hectáreas, primero con la contra de Cenero y después a base de pelear con la consejería. En la última reordenación que hicimos en el 2014 incorporamos zona de Oviedo y abandonamos la zona de Gijón en la que no podíamos cazar, por la Zalia y un polígono. A parte de ampliarlo mejoramos la caza del coto, esto se consiguió a base de tiempo porque la consejería trabaja muy lenta”, relató.

El expresidente recuerda que la pérdida del coto fue un problema muy grave para La Perdiz, porque se quedaron tres años sin cazar, “fue una situación injusta como quedó justificado después, esto produjo que se marchara gente, se desanimaran y meternos en juicios. Al final nos dieron la razón porque era cierto, la consejería nos tuvo que indemnizar y fue un tema duro por el que pasé muchas noches sin dormir”, apuntó.

Suárez explicó que ese año la gente había pagado su cuota, porque la sociedad no sabía lo que iba a ocurrir, y al año siguiente se  aprobó en una asamblea y se devolvió el dinero, “mucha gente decidió dejar el dinero y el que se marchó se lo llevó, en este punto estamos muy satisfechos porque nadie puede decir que nos hemos quedado con su dinero”, destacó.

Esta experiencia le sirvió para hacerse amigo íntimo del abogado que el llevó la causa Gerardo de la Iglesia, del bufete de Abogados de la Iglesia y Teijelo, que hace unos años fue nombrado socio de honor de La Perdiz, a pesar de no ser cazador. “Este pleito lo ganados gracias a ellos sin ninguna duda. Recuerdo que conocí a Gerardo un día en la cafetería Plaza en Posada y hubo muy buena sintonía desde el primer momento. Todos los socios y directivos estamos muy satisfechos con los resultados conseguidos por su bufete”, apuntó.

A lo largo de este verano y sobre todo en el mes de septiembre son muchos los vecinos de Llanera que se quejan del aumento de los jabalíes y los daños que están causando a las fincas, Suárez explicó que aumentó mucho la presencia del animal en todos los concejos de Asturias, menos en las reservas, “el problema más acuciante es el que se centra en la zona de Oviedo, encima todo el mundo opina sin saber nada, pienso que la consejería está gestionando mal el tema porque existe una zona de seguridad donde no se puede cazar y después hacen  unos aguardos por la noche, donde no se cuenta con los cazadores que somos los que sabemos del tema, y mandan a los guardas del coto para que maten a los jabalíes y ellos no están para eso, nos deberían de llamar a nosotros, no con los biólogos viendo las cosas desde sus mesas”, criticó.

Otro de los problemas que ve Suárez es que algunos vecinos les dan de comer, entonces vuelven a ese sitio cuando tienen hambre. Manuel considera que subir el cupo de cada cuadrilla de tres a cuatro jabalíes no pone fin al problema de la sobrepoblación, porque eso no te garantiza matar a ninguno. “Si no se cuenta con los cazadores no se va a resolver el problema, tendrán que buscarse una solución conjunta”, opinó.

La sobrepoblación de  los jabalíes va unido al aumento de pago de daños a los vecinos del concejo por parte de la Sociedad de cazadores, “este año subieron muchos, los daños son los que hunden los cotos junto con la guardería, porque suponen el 80 o 90% del presupuesto”, reconoció. En cuanto a los precios para los socios se han mantenido pagando los de caza mayor 340 y los de menor 270 euros, se hace un 50% de reducción para los socios veteranos en la cuota que sea. Los cazadores  de caza mayor tienen derecho a 15 cacerías de jabalí, una de corzo, otra de corza y un rececho de jabalí. Para los de caza mayor se sueltan 1.500 aves.

Manuel comentó que le gusta más la caza menor porque le da más libertad, ya que puede llegar e irse cuando quiera y recorrer todo el coto, además le permite evadirse de los problemas y disfrutar con los perros. Suele ir a cazar con Valentín, El Regalao y Rafa Bauro. Un año quedó segundo en un campeonato  de Asturias de veteranos celebrado en Gozón y en los sociales ganó uno de arcea entre otros.

A modo de resumen Manuel comentó que hubo muchas cosas buenas y otras malas en estos 14 años en el cargo de presidente, “cuando entramos la sociedad estaba económicamente mal, incluso tenía un préstamo, pero  puedo decir tres cosas que se consiguieron: convertir a  La Perdiz sea la sociedad más solvente de Asturias, la ampliación del coto al doble y la última la comida anual que hacemos, que ya cumplió sus 12 edición y nos llegamos a reunir más de 220 personas. Quiero dar las gracias a toda las personas que me acompañaron muchas de ellas continúan dirigiendo al entidad”, concluyó.

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